Crítica de «El faro de las orcas»: el poder de la naturaleza

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Joaquín Furriel y Maribel Verdú protagonizan este drama ambientado en la Península de Valdés y basado en la historial real del guardafauna Roberto Bubas.

¿Dé que se trata?

Beto (Joaquín Furriel ) vive solo en Punta Norte, con las orcas como única compañía. Su conexión con los animales fue registrada por la televisión y vista por el mundo entero. Entre ellos Lola (Maribel Verdú), una madre española cuyo hijo Tristán (Quinchu Rapalini) tiene autismo. Lola viaja hasta la patagonia argentina con la esperanza de que su hijo mejore al contacto con los animales marinos.

Crédito: Sebastián Puenzo

¿Con qué te vas a encontrar?

Con «El faro de las orcas», el director Gerardo Olivares logra entregar una película apacible que tiene la virtud de ahorrarse el golpe bajo aunque, como contrapartida, puede resultar demasiado tranquila en tiempos de lo efímero. La línea argumental que sigue la relación amorosa que va surgiendo entre Lola y Beto avanza bien por su curso, a riesgo de no mostrar tanto como se espera de la posible mejoría del niño con autismo y su relación con las orcas.

Además de la gran labor de sus experimentados protagonistas, se destaca el pequeño Quinchu Rapalini que interpreta con un talento notable al niño con autismo.

Crédito: Sebastián Puenzo

Aunque al terminar queda la sensación de que faltó algo, vale destacar la mirada que aporta sobre el autismo, en especial para quien no conoce el tema. Cuando una película ayuda a entender ciertos asuntos, su valor se eleva más allá de lo cinematográfico.

Duración: 110 minutos
País: Argentina / España
Año: 2016

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